Me enamoré de ti
Sin querer
Sin querer queriendo
De repente, me elevaste
Me caí
Sin conocerte bien
Sin razón
y con toda razón
No fue justo
No fue planeado
Me cambiaste a mi
Sin saber
Hasta más tarde
Sin saber
Que fuera posible
Creía con todo mi alma que nos reencontraríamos un día
Me invadiste
Casi me conquistaste
y llovía, llovía
Mi cuerpo se sentía inundado por la lluvia,
y el daño causado por la lluvia ahogó mis pensamientos.
Y de repente, me estaba ahogando por la tormenta de ti.
A veces sueño con la calma antes de la tormenta
pero, cuando me despierto, recuerdo que todavía estoy reconstruyendo la casa.
Y si me permito creer que en realidad nunca llegó la lluvia, que nunca sentí la fuerza de la tormenta, que no me sentía tan ahogada por la lluvia;
bien, entonces, también significaría que nunca fue verdadero.
Que cuando amaneció, aunque el sol y los rayos tocaban mi piel, no sentía el calor.
Tan magnífico, tan alucinante,
si sólo por un momento
el pensamiento de volver a sentir los rayos del sol en mi piel, si sólo por un momento,
me trajera alivio cuando empiece a llover.
Thursday, February 12, 2015
Reflejando
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